Si el hecho de acumular reproducciones a escala de vehículos clásicos y antiguos, ya es todo un ejercicio de ñoñez nostálgica y síntoma inevitable de reblandecimiento cerebral, ¿qué decir de una colección (que ya de por sí cuenta con unos años) de reediciones de coches aparecidos a su vez muchos lustros atrás?
Pues no hay mucho qué decir, la verdad. Razonar el porqué aún gustan estas reproducciones que estarían más bien en la categoría de juguetes y no en el de modelos a escala, es algo que, sencillamente, no tiene explicación.
Y no tiene nada que ver con el paraíso de la infancia perdida y todo ese rollo. Que conste que estas series de Solido les llegaron a alguno de mis hijos lo suficientemente creciditos como para empezar a fumar a escondidas. Pero es que la tentación de ver a estos chiquitines peor o mejor hechos, armónicos en sus proporciones, sencillos de ejecución, y al alcance por unas pocas perras... ...en fin, lo más lógico era dejarse caer de bruces en la tentación y abrazarla fuertemente.
Algunos chistosos llamaron a la colección Coches Inacabables de Salvat... ...la verdad es que la colección fue eterna y caótica. Suponemos que Salvat puso fin a la misma, sencillamente porque entró en escena Altaya con Nuestros Queridos Coches, y aquélla se batió en retirada.
No recuerdo que Salvat diera oficialmente por terminada esta colección, y a fecha de hoy, aún no se sabe a ciencia cierta, de cuántos y de cuáles modelos exactamente se componía esta colección. Dicen que en España fue de 135, y en Francia de 150: en fín, que los entendidos o los que la hicieron completa nos lo aclaren algún día... ...en mi caso no importa mucho, porque en su momento fui comprando en los quioscos aquellos modelos que estuvieron a mi alcance, y, con posterioridad, fueron cayendo los que más me llamaron la atención y que no pude conseguir por entonces. Como siempre, bien por los canales habituales de internet, bien por cambalache con otros tarados como yo.
En cuanto a la Car Collection, su plan de obra fue algo más conocido, pero el extraño batiburrillo que hicieron de épocas, calidades, y especialmente de fabricantes, hizo que más de uno desistiera de hacer la colección al completo.
En todo caso, esta entrada no pretende ser para nada exhaustiva, ni quiere servir de testimonio fiel de aquellas colecciones. Sólo es un guiño, un desquite, a los que por "presupuesto" familiar nunca pudimos tener un Dinky, un Märklin, o un Corgi, y nos tuvimos que conformar con toscos juguetes de madera, de hojalata o de plástico. Y eso el que los tuvo, porque de juguetes de cartón algunos también nos hartamos de ellos y tenemos cierta experiencia. No siempre los Reyes fueron Jauja. Entonces un nuevo juguete era todo un acontecimiento en la vida de un niño.
En todo caso, esta entrada no pretende ser para nada exhaustiva, ni quiere servir de testimonio fiel de aquellas colecciones. Sólo es un guiño, un desquite, a los que por "presupuesto" familiar nunca pudimos tener un Dinky, un Märklin, o un Corgi, y nos tuvimos que conformar con toscos juguetes de madera, de hojalata o de plástico. Y eso el que los tuvo, porque de juguetes de cartón algunos también nos hartamos de ellos y tenemos cierta experiencia. No siempre los Reyes fueron Jauja. Entonces un nuevo juguete era todo un acontecimiento en la vida de un niño.
Al margen de la edad de cada cual, cuando llegaron los Solido a España de forma más o menos masiva, muchos pudimos desquitarnos a gusto. No por los modelos en sí, sino por el hecho de poseer algo que antes era minoritario y poco usual: tener tu propia flota de cochecicos.
Cómo ya ha quedado dicho, la nostalgia es algo irracional, que simplemente se tiene, se siente, y no hay porqué buscarle una explicación.
Cómo ya ha quedado dicho, la nostalgia es algo irracional, que simplemente se tiene, se siente, y no hay porqué buscarle una explicación.