domingo, 22 de diciembre de 2019

VOLVO 343 DL (1975-1991) - "COCHES DE CULTO DE POLONIA" de DEAGOSTINI. CUANDO VOLVO TUVO DOS DÉCADAS AL MISMO EQUIPO DE DISEÑADORES.








Hoy toca uno más bien rarito. No todo el mundo tenía un Volvo, pero alguno que otro sí que se alcanzó a ver por estos lares. Y no podía ser de otra forma, porque su fabricación se extendió por Europa durante al menos quince años. Solo era cuestión de tiempo que alcanzáramos a verlo. 

Volvo siempre fue fiel a la máxima de "si algo funciona, no lo toques". Y a fe que así lo hicieron: vehículos fiables, sólidos y duraderos, todo lo que tú quieras, pero que desde los años 70 hasta bien entrados los noventa, en su diseño apenas hubo cambios. En prácticamente todas las gamas, apenas existieron variaciones, desde los "tanques" de las series 200 y 700, hasta las intermedias como las 300 y las 400.

El único aspecto diferencial (que no es poco) y en el que Volvo casi siempre fue por delante de la mayoría de marcas, fue en el apartado de la seguridad, tanto activa, como pasiva. Lo cual es lógico, dada la dura climatología sueca, que obliga a satisfacer las exigencias de una clientela muy acostumbrada a conducir al límite. Muchas de las ideas y soluciones en seguridad que hoy en día son habituales y que se dan por supuestas, Volvo ya estaba aplicándolas con años de antelación. 

En este modelo concreto, el concepto de vehículo "pequeño" responde a una idea de la holandesa DAF, quién tuvo que asociarse con otra marca para poder desarrollarlo. Como es sabido, DAF está orientada a los vehículos industriales, y en los inicios de la fabricación de este modelo estuvo "tonteando" con Renault (que de facto era su dueña y señora) y quién fue la que proporcionó las primeras motorizaciones. 

Y recalco lo de "pequeño", porque aunque tuvieran tres puertas, no dejaba de ser un vehículo, puro hierro, de cierta envergadura y sobretodo de cierto peso, por lo que pronto la clientela reclamó un sistema motriz con más "punch". Dicho y hecho, se empezaron a montar motores Volvo de dos litros. Ya teníamos a un loco conductor sueco, al volante de un coche indestructible, y con un motor de "reprise" más que respetable, por lo que la versión rally y deportiva no tardarían en aparecer. De todas formas, más adelante también acabarían montando motores franceses con similares cubicajes, en versión diésel, introduciendo diferentes mejoras en los apartados de combustión y antipolución. Todo ello prolongó su vida comercial más allá de lo esperado. 


Versión inicial, la de 1975. La denominación 343 se refiere a sus cuatro cilindros y 3 puertas.  


Esta versión ya es la de mediados de los 80: ¿evolución? ¿qué es éso?

De todas las colecciones a escala 1/43 que existieron más allá del Telón de Acero, pocas hay tan fascinantes, extrañas y longevas como ésta que salió hace unos años en Polonia. En su momento, parecía que la Kultowe Auta no dejaba de ser el enésimo reaprovechamiento por parte de IXO de todo aquel material que estuvo editándose con anterioridad en Francia, Italia, España, Portugal y Alemania, entre otros países. Pero a lo largo de los casi doscientos números de aquella colección, también pudimos ver la aparición de marcas que nos eran totalmente desconocidas tales como Robur, Lublin, Barkas, FSR, ZSD, FSO, JELCZ, ZUK y otras de alucinante fonética. 

Aunque aquella colección estaba en calidad un escalón por debajo de sus homólogas occidentales, eso no fue óbice para que aparecieran de tanto en tanto auténticas perlas, y encima a precio de derribo. Éste Volvo 343 es una de ellas.   

Aparte del buen molde del que goza, hay que sumarle una pintura muy correcta y de una tonalidad que no choca, porque existió, al menos en esta marca. 

Los limpiaparabrisas, retrovisores y fotograbados, en fin, lo que viste a un coche en miniatura, son muy finos y aparentes, y hacen que la miniatura gane muchos enteros. Los cromados, especialmente los marcos de las ventanas, también brillan, nunca mejor dicho, a un gran nivel.

Las luces, que suele ser uno de los puntos débiles de IXO/IST, en este caso están muy logradas, no hay "pupilas" negras de sujeción, y están correctamente representadas, tanto las delanteras como las traseras.

En su contra (aunque hay que ser indulgente porque se trata de cuestiones secundarias):

El interior es monocromo y poco detallado, y los bajos, inexistentes. Pero como digo, esto es lo habitual en el nivel de calidad de estos coleccionables de quiosco. En este caso, la buena ejecución de la cara vista, hace que te olvides de los interiores.

Por otro lado, y como casi siempre en IXO/IST, la reproducción es una mezcla de, al menos, un par de versiones: todo el vehículo correspondería al modelo setentero, pero los embellecedores de plástico negro laterales, los tapacubos de las ruedas y los retrovisores son de mediados de los ochenta. 

En fín, es un modelo que cuesta más de encontrar que de adquirir, y poniendo en solfa todo lo que ofrece por tan poco dinero, si se pone a tiro, nunca está de más tenerlo.