jueves, 23 de junio de 2022

ALGUNOS GTI - RENAULT 5 ALPINE TURBO

RENAULT 5 ALPINE TURBO (1982)


Otro matagigantes, que debido a su reprise y escaso peso, podía sacarle los colores a coches de mayor fuste y precio, aunque solo fuera en determinadas condiciones. El Alpine y el Alpine Turbo son la versión francesa, y en España creo que tuvieron su equivalente en los Copa y los Copa Turbo. Si estoy equivocado, ahí están los comentarios. El Alpine original daba 93 CV con un cubicaje de 1.4 l., y finalizó su producción en 1982. Apareció en el mercado unos pocos meses antes que el Volkswagen Golf.







Fue uno de los típicos súper-ratones de rallye que, en sucesivas versiones mejoradas, se mantuvieron durante cerca de una década en buena parte de los pódiums nacionales e internacionales, haciendo las delicias de los aficionados. Renault había entrado como un elefante en una cacharrería en todas las competiciones que pudo con su turbo y sus motores atmosféricos, por lo que los éxitos no tardaron en llegar.

En España tuvimos una vez más a Carlos Sainz, quién ya venía pisando fuerte años atrás con su R5 TS personal, así como en sucesivos años con las versiones Copa, Copa Turbo, Turbo 2, Maxi Turbo…    …grandes coches aquellos “culo-gordos”, los cuales fueron ensanchados convenientemente, especialmente en su vía trasera.


Renault 5 Alpine Turbo - Jean Ragnotti / Jean Marc Andrié - Monte-Carlo (1978)

Renault 5 Alpine Turbo - Jean Ragnotti / Jean Marc Andrié - Monte-Carlo (1978)



Renault 5 Turbo - Genito Ortiz / Ramón Mínguez - Rally RACE (1983)

Renault 5 Turbo - Genito Ortiz / Ramón Mínguez - Rally RACE (1983)

Renault 5 Turbo - Genito Ortiz / Ramón Mínguez - Rally RACE (1983)



Renault 5 Turbo 2 - Carlos Sainz / Juanjo Lacalle - Rally de la Vendimia (1983)

Renault 5 Turbo 2 - Carlos Sainz / Juanjo Lacalle - Rally de la Vendimia (1983)

Renault 5 Turbo 2 - Carlos Sainz / Juanjo Lacalle - Rally de la Vendimia (1983)



Renault 5 Maxi Turbo 4x4 - Guillermo Barreras / Ramón Mínguez - Rally Avilés (1989)

Renault 5 Maxi Turbo 4x4 - G.Barreras / R. Mínguez - Rally Avilés (1989)

Renault 5 Maxi Turbo 4x4 - G. Barreras / R. Mínguez - Rally Avilés (1989)


Al igual que el anterior Peugeot 205 GTI, el R5 también ha sido reproducido en multitud de versiones y escalas, por Norev, Solido, Eligor, Ottomobile, Vitesse, Whitebox, IXO, etc…


ALGUNOS GTI - VOLKSWAGEN GOLF GTI

 

VOLKSWAGEN GOLF GTI (1976)


El pionero, el primero, el auténtico Golf. Todo lo que vino a partir de la tercera generación, en mi opinión, no tiene nada que ver con aquel concepto inicial que desarrolló Volkswagen a partir del Simca 1100 francés. O eso dicen las leyendas del espionaje industrial: la marca alemana se hizo con uno de ellos, lo hizo desmontar pieza a pieza, y al ver que el estándar de calidad que había que alcanzar iba a suponer demasiado sobrecoste debido a la multitud de innovaciones que Simca había introducido, y que no era asumible presentarlo como coche económico y barato, decidieron “moverlo” al nuevo sector de los coches-capricho, aumentando la motorización prevista inicialmente. Pero ahí sigue, tras varias generaciones y varias décadas.






Con 110 CV en su primera versión, la conocida como BV4, a pesar de contar con solo 4 marchas, era capaz de sobrepasar ampliamente los 180 km/h, aunque eso penalizaba en un consumo menos ajustado que los anteriores GTI, superando los 8 litros a los 100 km. Los GTI de entradas anteriores se movían alrededor de los 7 litros. Es de suponer que a mayores regímenes, todos estos coches debían asustar al bolsillo, por lo que “chupaban”.

Sin duda, además de ser el primero en estas lides, como concepto hatchback GTI, es desde luego el más bello (gracias Giorgetto), introduciendo esas líneas rectas varios años antes que la competencia.  El marido de mi tía, vamos mi tío, tuvo uno, pero solo durante unos dos años. Decía que gastaba mucho y se deshizo de él. Lamentablemente ni lo toqué, porque entre otras cosas no tenía edad ni tan siquiera para llevar ciclomotores. Eso sí, aún en blanco, era bonito el jodío.


ALGUNOS GTI - PEUGEOT 205 GTI 1.6

PEUGEOT 205 GTI 1.6 (1984)

 

Cuando la editorial Salvat pone a nuestro alcance según qué miniaturas, justo es reconocerles parte del mérito, y agradecérselo debidamente. Aunque no se trate de colecciones españolas, sino de restos o sobras de las de otros países, yo, lejos de quejarme o lamentarme por los modelos que no hay, aprovecho siempre que puedo la ocasión para conseguir todo aquello que me interesa.

Así lo hice con la de autobuses y autocares francesa, con la de bomberos y la de autocaravanas, también de ese país, y cómo no, con la argentina de Autos Inolvidables y de la de Servicios, de las que ya he perdido la cuenta las miniaturas que he podido adquirir, a veces con moldes inéditos y a veces de modelos que simplemente fueron omitidas en las de Nuestros Queridos Coches. Además con la enorme ventaja de que en los blogs argentinos dispones con antelación de minuciosos reportajes y comparativas, y buenas fotos, por lo que las compras de material proveniente de allá suelen dar en la diana.






En el caso del Peugeot 205 GTI 1.6, aún a ciegas, se trata de todo un acierto. Probablemente sea el más reproducido por los fabricantes de diecast en sus diferentes versiones: Provence Moulage, Solido, IXO, Vanguards, Norev, Maxichamps, y alguna otra más, así a botepronto. De éste en concreto tengo claro que no es un IXO, aunque la editorial ni lo indicara, ni lo desmintiera en su momento.

Además puedo añadir que lo conduje en alguna ocasión, pues un primo mío de los varios que pululan por la familia, tuvo el dinero y la suerte de poder hacerse con él. También con 1.600 cm3 pero unos 105 CV, era mucho más rápido y ratonero que el Ford Escort, al que además mejoraba en el peso, con casi 125 kg menos.

Peugeot 205 GTI 1.9 - Roland Holke / Javier Sánchez - Rally Valeo (1988). 

Peugeot 205 GTI 1.9 - Roland Holke / Javier Sánchez - Rally Valeo (1988). 

Pronto aparecerían en el mercado las versiones de 1.900 cm3, la de Rallye (aunque fuese de calle) y la T16 (que sí era la homologada para competición), y que superaron rápidamente en prestaciones a este GTI, el cual quedó más como un vehículo de uso personal para experimentados conductores que querían divertirse un rato, que como coche realmente presencial.

Peugeot 205 T16 Evo-1 - Ari Vatanen / Terry Harryman - 1000 Lagos (1984).

Peugeot 205 T16 Evo-1 - Ari Vatanen / Terry Harryman - 1000 Lagos (1984).



Peugeot 205 Turbo 16 - Ari Vatanen / Terry Harryman - Monte-Carlo (1985)


Peugeot 205 Turbo 16 - Ari Vatanen / Terry Harryman - Monte-Carlo (1985)


ALGUNOS GTI - FORD ESCORT XR3

 

FORD ESCORT XR3 (1981)


En el caso de este “Test Génération GTI” de Hachette (Salvat es subsidiaria de ésta) la compra fue un tanto al libre albedrío, porque no tenía donde comparar los modelos publicitados. Ni siquiera en los blogs franceses hubo en su momento suficiente información gráfica que incitase al consumo, digamos, masivo. De hecho, parece que en Hachette abortaron la misión, porque después de casi dos años transcurridos, no hay visos de que aparezca.

Aquí está uno de los cuatro ejemplares que conformaban el citado test. Se trata del Ford Escort en su tercera generación (la primera apareció en 1967, aunque aquí solo fueran visibles las dos siguientes). Denominada en su estreno, en 1980, como XR3, tenía un cubicaje de 1.600 cm3 y 96 CV. Apenas superaba los 180 km/h en condiciones favorables, si bien en las versiones derivadas directamente para competición, como la XR3i o la RS, cada equipo en su país supo exprimir esos caballos, y lograr competir con dignidad al menos en cónclaves locales. 






En 1984, el propio Carlos Sainz padre quedaría en segunda posición en el total del Campeonato Nacional de Turismos de Producción Nacional. En una de sus pruebas, celebrada en la localidad tarraconense de Calafat en 1984, compitió con un XR3i apenas preparado para la ocasión.




En la década inicial del presente siglo, Altaya quiso meter la cabeza en todas las temáticas posibles, intentando abarcar el máximo de países de Europa Occidental, y ese exceso dió lugar a una calidad en la producción muy dispar. Como puede verse, alternaba buenos detalles en según qué piezas, con soluciones muy burdas, tales como luces pintadas o calcas supliendo lo que debían ser añadidos independientes.

La tónica general con estas colecciones es que la profusión de “pegatinas” y sus vivos colores disfrazan un tanto la calidad real del modelo en sí. Pero bueno, como siempre en estos casos, importa un poco más el buen recuerdo que generan estos cochecicos, que no la supuesta fidelidad que uno pueda esperar de la miniatura.  


lunes, 20 de junio de 2022

MICROCOCHES

 

Creo que ese tipo me suena de haberlo visto antes. 


En la vecina Francia hace ya unos meses que apareció una colección dedicada exclusivamente a los microcoches, pero la mayoría de modelos creo que no despiertan un gran interés entre los coleccionistas españoles, puesto que apenas se comentan en los foros al uso. Aparece el consabido Isetta, el Autobianchi de turno o el más moderno Ligier. El Isetta digamos que ya está bastante visto por media Europa, del Autobianchi ya existían anteriormente varias reproducciones más o menos afortunadas, y ese Ligier no está mal, aunque demasiado moderno y fuera de contexto, a mi parecer, respecto al global de la colección.




El resto son de fabricantes que apenas traspasaron las fronteras del país galo, totalmente desconocidos para mí, pero que aún así ha dejado algún que otro modelo que me ha puesto tiesas las orejas, cual dóberman tras la reja cuando advierte un ladrón de aviesas intenciones.

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Es el caso de este Vespa 400 de cuatro ruedas, que si bien nunca lo “viví” en la calle, en su época sí tuvo cierta presencia, apareciendo en la publicidad de los periódicos de la época, sobre todo en regiones del norte como el País Vasco o Cataluña, donde en sus ciudades bien podía aprovecharse adecuadamente este tipo de vehículo y que además estaban geográficamente más cercanas al país galo.


Bajo licencia de Piaggio, entre 1957 y 1962, la empresa francesa ACMA (Ateliers de Construction de Motocycles et d’Automobiles) fabricó este pequeño vehículo de clara vocación urbana, pero cuya producción apenas superó las 30.000 unidades. Las motos italianas seguían teniendo más glamour que este pequeñín, y además el conflicto independentista de Argelia propició una crisis en la industria francesa que llevó al cierre de diversas fábricas, entre ellas, la que nos ocupa.


Es de suponer que las unidades vendidas en España lo harían directamente a través de Moto Vespa, o quizás de la propia Piaggio italiana, al igual que sucedía con sus motos o el archiconocido Vespacar, un motocarro de tres ruedas que abundó tanto en España que me parece increíble que nadie haya reparado en él lo suficiente como para dedicarle una miniatura expresamente a 1/43 en alguna de nuestras colecciones.


Aunque nunca se sabe, puede que algún Vespa 400 fuera francés, porque algunos de los que he visto en concentraciones y en museos tiene en la esquina de su ”chapita” frontal la P de Piaggio, pero no el anagrama de Vespa, por lo que deduzco que alguna unidad sí puede haber sido adquirida en ese país. En todo caso agradezco que la editorial se haya acordado de este modelo, inspirado claramente en el Autobianchi, pero con su propia personalidad y unas prestaciones nada desdeñables, teniendo en cuenta que con algo menos de 400 cm3 conseguía casi 18 CV y una velocidad máxima de 90 km/h.



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Lo importante era participar.

Sorprendido en la aduana del Berlín Este por esconder a ilegales para pasarlos a zona
 americana.

Y vamos con el otro modelo, el Messerschmitt KR-200, o mejor dicho, su marca sucesora, el F.M.R. Tg-500, abreviatura de Fahrzeug und Maschinenbau Regensburg (Vehículos y Máquinas de Ratisbona). La Tg es por Tigger. Fue esta sociedad F.M.R. quien cogió las riendas de Messerschmitt y su modelo KR (Kabinen Roller), un modelo biplaza de casi 500 cm3 y 20 CV, inspirado en la aviación.


Quizás es que les sobraron miles de carlingas de la guerra, aunque de todas formas estaban de capa caída, y F.M.R., la nueva dueña en 1956, se limitó a cambiar la transmisión solo para poder añadir la marcha atrás. Durante un par de años se mantuvieron ambas designaciones, o incluso se entremezclaron: hubo Messerschmitt Tg y F.M.R. KR. Simple economía de subsistencia para ahorrar material, aun a pesar de que el milagro alemán prácticamente se había consumado.


Me quedo con su nombre original de Messerschmitt, por aquello de su alcurnia aeronáutica, aunque la verdad nunca he visto uno en directo. Sí lo recuerdo cuando lo ví por primera vez en el cine, en el estreno de la película Brazil, una fantasía de futuro distópico que no me interesaba ni a mí ni a mi acompañante, con quien había iniciado las “maniobras de aproximación” y que fueron rápidamente abortadas al quedarme yo boquiabierto y distraído cuando ví este “engendro” que apareció en pantalla:


Desde aquel momento me quedó el regusto de curiosidad por saber qué diablos había sido éso que surgió de la pantalla, y no fue hasta pasados algunos años cuando pude averiguar exactamente qué vehículo había interrumpido mi escena. Y mira por dónde, esta semana se dió la ocasión de hacerme con esta pequeña gran miniatura.




Porque si exceptuamos las ruedas juguetosas y su soso interior, lo demás me parece de gran factura.

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No me he atrevido a indicar el fabricante de estas miniaturas porque me da la sensación que son de padres y madres distintos. Tienen manufacturas diferentes: una menos fina y detallista, y otra con piezas independientes que ni IXO ni Norev suelen colocar. Vistos además por debajo, sus tipografías son distintas entre sí. 

Hay que estar atentos a esta colección, por si pudiera echarle el guante a alguno de los Goggomobil que tiene en sus diferentes versiones, o bien ese Zundapp que ya ha salido. También hay que echarle un ojo a la colección argentina de Autos Inolvidables, pues no sé a que espera Salvat para editar los Isard argentinos, mellizos de los Goggomobiles.