jueves, 23 de junio de 2022

ALGUNOS GTI - FORD ESCORT XR3

 

FORD ESCORT XR3 (1981)


En el caso de este “Test Génération GTI” de Hachette (Salvat es subsidiaria de ésta) la compra fue un tanto al libre albedrío, porque no tenía donde comparar los modelos publicitados. Ni siquiera en los blogs franceses hubo en su momento suficiente información gráfica que incitase al consumo, digamos, masivo. De hecho, parece que en Hachette abortaron la misión, porque después de casi dos años transcurridos, no hay visos de que aparezca.

Aquí está uno de los cuatro ejemplares que conformaban el citado test. Se trata del Ford Escort en su tercera generación (la primera apareció en 1967, aunque aquí solo fueran visibles las dos siguientes). Denominada en su estreno, en 1980, como XR3, tenía un cubicaje de 1.600 cm3 y 96 CV. Apenas superaba los 180 km/h en condiciones favorables, si bien en las versiones derivadas directamente para competición, como la XR3i o la RS, cada equipo en su país supo exprimir esos caballos, y lograr competir con dignidad al menos en cónclaves locales. 






En 1984, el propio Carlos Sainz padre quedaría en segunda posición en el total del Campeonato Nacional de Turismos de Producción Nacional. En una de sus pruebas, celebrada en la localidad tarraconense de Calafat en 1984, compitió con un XR3i apenas preparado para la ocasión.




En la década inicial del presente siglo, Altaya quiso meter la cabeza en todas las temáticas posibles, intentando abarcar el máximo de países de Europa Occidental, y ese exceso dió lugar a una calidad en la producción muy dispar. Como puede verse, alternaba buenos detalles en según qué piezas, con soluciones muy burdas, tales como luces pintadas o calcas supliendo lo que debían ser añadidos independientes.

La tónica general con estas colecciones es que la profusión de “pegatinas” y sus vivos colores disfrazan un tanto la calidad real del modelo en sí. Pero bueno, como siempre en estos casos, importa un poco más el buen recuerdo que generan estos cochecicos, que no la supuesta fidelidad que uno pueda esperar de la miniatura.