lunes, 3 de noviembre de 2025

CHATARRAS DE ANTAÑO X

FIAT 634 G 'Cassone' (1934-1939)

Circularon versiones militares en España tras la Guerra Civil, producto de la intervención italiana.
El 634 fue la primera versión de Fiat, y lo de cassone supongo que se refiere a la cabina, casa grande,
 y la G al gasógeno con el que iba equipado.

He buscado y rebuscado este modelo a 1/43 y solo lo he encontrado en la casa italiana Gila Modelli.
Pero solo tiene de resina del kit original la cabina.
El resto es una mezcla de chasis y caja tomados de otros modelos en metal.

Es un modelo muy artesanal, y su terminación dista de ser excelente, no es de lo mejor que he visto. 
Pero tiene mucho encanto y no dudé ni un instante en hacerme con él. Además está españolizado.

Lo adquirí este mismo año, y su conservación no es muy allá a pesar de lo costoso que es un kit de Gila.
Supongo que su anterior dueño no lo tenía en gran estima o estaba descartado para colección.
Pero bueno, aquí está.

Como hace tiempo que ya hay un frenazo en las novedades editoriales, bien sea por saturación del mercado, o por mera repetición de temáticas, pues para calmar esta drogadicción miniaturil he ido picoteando modelos algo más raros. O de ejemplares que, simplemente, se salen de esa línea genérica de quiosco. Lejanos quedan ya aquellos años en que simultaneaba tres o cuatro, y hasta cinco colecciones de Altaya. En la última década apenas he hecho una o dos por temporada, y desde entonces han tenido entrada otra tipología de miniaturas. 


Por ejemplo, con los camiones de Pegaso, ya cubiertas casi en su totalidad las diversas gamas desde la aparición del Mofletes hasta el Troner, ahora me ha dado por echar  más ’patrás’, e intento cazar alguna que otra reproducción de su predecesora, la Hispano-Suiza, y también de otros vehículos contemporáneos de aquellos años de posguerra que le hicieron directa competencia. Incluso de antes de la guerra. Es un pequeño intento de completar la línea temporal de la automoción en España de vehículos industriales o comerciales. Éso, a su vez requiere el esfuerzo de recabar una documentación que ya de por sí, es escasa y difícil de encontrar, y que casi se reduciría a ciertos libros y a diversos ejercicios recopilatorios de expertos en estos temas. Así que al coste, dificultad y suerte que supone dar con piezas poco comunes, hay que añadirle el de libros publicados sobre esos vehículos. Veamos algunos de esos ejemplos.

Hispano-Suiza T-69 (1941) versión autobús de IXO, y versión camión con caja (c1935).

El autobús es un viejo conocido del que ya hubo su reseña correspondiente
El camión es otro producto artesanal, mezcla de "cosas"


No estoy seguro pero el camión es un refrito de varios Modeltrans:
El morro, la calandra, los faros, los guardabarros y las piezas cromadas parecen del famoso autobús blanquiazul de Alsa.
La caja, lo dice en el propio molde del fabricante, es la del Hispano-Suiza G66 de obras.
El chasis y demás elementos de los bajos pueden ser del camión T-69 alargado para que entre ese morro.
En todo caso, sin ser una piezón, es un magnífico frankenstein.



Ya se ha hablado en otras ocasiones de la búsqueda y captura de ese modelo largamente deseado. Ese modelo que por una razón u otra, hemos ido postergando su caza. Impagable esa sensación cuando por fin hemos conseguido poner nuestra mira en él, nerviosos como un bachiller en su primera cita amorosa, y una vez sopesadas todas las circunstancias (conservación, precio, portes, disponibilidad…)  finalmente ‘dispararle’ con un click de nuestro ratón.


Pegaso II Diesel o Z-202 de Transportes Mazo (1956).


Un viejo conocido, que sin los troncos de plástico gana mucho, en mi opinión.


Un camión clásico, como clásica es la empresa de transportes 


¿Algo que decir, señores de Minichamps? Si no fuera por los pinchitos de las luces...
...la cabina de este IXO estaría su mismo nivel.


Que bonitas quedaban aquellas rotulaciones hechas a mano.


Recuerdo que este modelo salió a la venta por ocho euros, como oferta de lanzamiento.


Lo de personarse en ferias, muestras y reuniones lo hacía más a menudo en mi juventud, pero la verdad es que a mi edad, ya me ‘da palo’ tener que hacer unos cuantos quilómetros para encontrarte prácticamente con el mismo género que si fuera a golpe de internet. En ese sentido, el coleccionismo de editorial ha conseguido popularizar este sector hasta un extremo en el que pocas sorpresas pueden quedar ya. Aunque siempre es grato encontrarte con otros locos como tú. Nadie más que esos locos comprenden lo que se siente coleccionando estas cosas.


Hispano-Suiza 12-15 Ómnibus de Correos de 1912. Realizado por EKO allá por 1970.


No deja de ser un juguete, pero EKO se tomó la molestia de publicar toda una colección de vehículos de época,
 todos ellos bastante meritorios  teniendo en cuenta los medios y el material.

Algunas de esas locuras de EKO.


Todo plástico. Es de los pocos que lo guardo en su urna original y en un lugar a oscuras. 
El resto de la colección, metal en su mayoría la tengo 'al aire', en vitrinas acristaladas pero selladas.
Siempre desecho embalajes y cajas. No le encuentro sentido tener estas bellezas ocultas.


Ómnibus: o sea un autobús que servía para todo, ya fueran mercancías, viajeros o correo.


Todo muy simplificado, pero sin que falte casi nada.


Ruedas de artillería y goma maciza. No existían las carreteras tal y como las conocemos hoy en día.

El sistema Hispano: financiación a coste inicial muy bajo. En pocos años estaría amortizado.


De todas maneras, las piezas exclusivas se cazan por internet, es muy raro que te las encuentres cara a cara en estos eventos. En cualquier caso, lo más importante es que tu colección te satisfaga a tí, y a nadie más que a tí. Sólo uno mismo sabe lo que le gusta. Aún así  nunca hay que olvidar lo imprescindible que es aprender de los demás para conocer otros mundos, otras perspectivas y otros puntos de vista, así como otras maneras de hacer las cosas. Nadie lo sabe todo, y es bueno tener siempre las ‘orejas abiertas’. El coleccionismo también es un constante aprendizaje.

Berliet CBA 9, de 1925, de la colección homónima francesa dedicada a esa marca.


Berliet es a Francia, lo que Pegaso a España. Incluso diría que en mayor grado, puesto que su
 historia es mucho más longeva y variada que la de Pegaso.


No. No es una máquina de gasógeno. Es una destilería ambulante.


No es nada representativo de aquellos años ni de este país. Pero no podía quedarme sin él.


El vehículo es sí es una ida de olla. En su misma concepción. ¿Se ha quedado usted sin alpiste?
No se preocupe. Nosotros le aseguramos el suministro a domicilio.


En estos días recordé que tenía este modelito.


Es otro Berliet VTB, de 1924. También de esa colección francesa de Berliet.


Aunque da un poco de crinje, hay que tener variedad en la colección.
Conviene recordar que el último viaje muy probablemente lo haremos en un vehículo de este tipo.


Al tratarse de un vehículo eléctrico, es de suponer que esa caja situada bajo la cabina se trata de las baterías.


No sé si se aprecia bien el 'alojamiento especial' tras las cortinillas.



Para un servidor, vale tanto una miniatura de unos pocos euros, como otra de cientos. Todas son mías. Todas ellas las tengo por algún motivo. A veces ese motivo es más sentimental que económico, y ése es el verdadero motor, la auténtica razón que subyace en esto del coleccionismo. Justamente de éso se trata. Ése es el quid de la cuestión: un modelo tiene que tocarte la fibra, el corazón. La mera posesión y acumulación de objetos, sin documentar, sin saber de su historia, sin saber qué representan exactamente, no sirve para nada. Conocer el cómo, el cuándo y el porqué, tanto del vehículo real como la propia miniatura, además del posible trasunto sentimental, proporciona grandes satisfacciones.


Berliet VDANG 16, de 1938. De la misma colección.


En aquellos años, había marcas como Citroën y Berliet que te vendían el camión y el kit de gasógeno
ya montado. Un detalle que aquí creo que nunca se practicó, aunque sí hubo fabricantes locales de
 estos aparatos.


Un pelín plasticoso todo el sistema de quemado, pero el camión es muy pintón.


 
Yo es que tengo una particular debilidad por los camiones morrudos y antiguos.


No me quiero dejar en el tintero el asunto de los museos. Si tienes la ocasión, visita alguno de vez en cuando. En este país no abundan, pero algunos son magníficos, porque van rotando su colección, bien sea por temática o por marca, y además suelen complementar sus exposiciones de vehículos reales con un buen muestrario de vitrinas con miniaturas, casi siempre clásicas. 

Museos del Juguete: también pueden sorprenderte para bien. Y tenemos a mano una magnífica herramienta como es internet, que nos puede permitir descubrir en cualquier esquina alguna bonita sorpresa. Baste como dato curioso, en el Tanatorio de Palencia capital existe una exposición de vehículos fúnebres a escala que supera el centenar largo de unidades, y que es digna de ver.