domingo, 19 de octubre de 2025

MINIATURAS CLÁSICAS II


On the road again, que cantó Willie Nelson. Aquí estamos, de nuevo, para volver a cometer esos dos mismos errores: acordarnos de aquellas miniaturas que ya tienen unos añitos, y autoflagelarnos con nuestro propio paso a través del tiempo. Pero benditos errores, porque sarna con gusto no pica. 


Para situarnos, creo que podemos establecer que dentro de la categoría de clásicos de los clásicos, no deberíamos incluir aquellos juguetes supervivientes de nuestra niñez. Como es lógico, cada edad tiene su contexto, y bien dice el refranero popular, que lo que diferencia a los niños de los hombres es el precio de sus juguetes. Por tanto, lo que fue un juguete, como los de JOAL, pues bien está, pero debe quedarse como tal. Mejor aún si se ha sabido conservar en buenas condiciones. Más si un modelo es coleccionable, entonces es obligatorio que nuestras querencias pasen por el filtro de unos requisitos mínimos, especialmente en lo concerniente a la fidelidad al vehículo original. No todo es coleccionable porque sí: si se trata de reproducir algo, al menos tiene que haber existido algo mínimamente parecido en el mundo real, y además, nuestra miniatura debe acercarse lo máximo posible a esa realidad.


Por eso, siempre a la búsqueda de un ejemplar lo más fiel posible al modelo real, debemos tener en cuenta que también está el asunto de su disponibilidad. Muchas veces, todos esos filtros y toda esa buena voluntad que le ponemos a nuestra colección, se va al garete a las primeras de cambio. Y es que suele suceder que de vez en cuando llega a tus manos algún que otro modelo extraño o poco habitual. Y éso no quiere decir que tenga que ser necesariamente valioso o de una gran calidad. No. Para nada. Solo significa que no había mucho donde escoger y que lo que elegimos ha llegado a nuestra vitrina a través de los inescrutables designios del señor. A veces salta la liebre donde menos te lo esperas, y delante de tus narices siempre puede aparecer una nueva e inesperada miniatura que no sabías ni que existía. Es la prueba definitiva de que ignoramos muchas más cosas, que las que realmente creemos conocer. En éste, y en cualquier otro aspecto de la vida.


LADA NIVA de AGAT (1995)

Es el caso, por ejemplo, de este Lada Niva o VAZ 21213. Recuerdo que lo encontré turisteando en algún pueblo salmantino, en un mercadillo de verano de ésos donde lo mismo venden fruta y tocino de matanza, que alpargatas o ‘auténticas’ camisetas de Iron Maiden. De entre aquellos puestecitos y paradas había un tipo que vendía un poco de todo, la mayoría chatarra y trastos inservibles. No sé qué casona abandonada habría asaltado, pero también tenía unos pocos cochecicos por aquí y por allá, todos ya muy vistos y juguetosos. Salvo éste, que me costó sus buenas 1.500 pesetas de 1995. El tipo debió verme cara de ‘tolay’ o de simple desesperación, y estuvimos regateando lo suyo. A punto estuve de mandarle a ese sitio blandito y calentito y que huele tan mal…     …pero ya entonces este vicio me podía, y cedí.


Muy caro, teniendo en cuenta que este Niva parece repintado y que es de una escala realmente más pequeña de lo que indican sus bajos. También puede leerse el típico СДЕЛАНО В РОССИИ (HECHO EN RUSIA). Os lo traduzco para los que no domináis el cirílico idioma. Yo tampoco sé ni papa de ruso, pero la miniatura seguro que es posterior a la desmembración de la extinta URSS (1992). Tiene puertas y dirección operativas y cuenta con una suspensión ‘activa’ que aún funciona. No es ningún primor de miniatura, ya se ve, pero entonces no existía a nuestro alcance algo tan mundano como un Niva, un vehículo que ya hacía algún tiempo que se dejaba ver por nuestras calles. Bueno, más bien por nuestros campos.



Al tratarse de las primeras miniaturas, parece que el fabricante fue AGAT (АГАТ) que por lo visto fue una sucursal que tuvo Radon/Tantal a inicios de los 90, especializada en Lada. Indagando por internet, y comparando los Nivas que otros fabricantes rusos editaron en aquellos años, éste parece de las primeras hornadas. Si alguien quiere saber más sobre el tema, hay foros donde explayarse y enmendar la plana. En alguno de esos foros, de paso, te expedirán el carnet de coleccionista. De momento, yo me quedo aquí, en la creencia de que tengo un incunable ruso (aunque en el fondo sé que no es así).


FORD ESCORT MK II RS “MEXICO” de TROFEU (c. 1999)

Bueno, de Trofeu decían las malas lenguas que en realidad se trata de modelos y moldes de Vanguards debidamente modificados para la ocasión. No sé si eso es así, pero en todo caso de los casi 150 Escorts del catálogo con que Trofeu tuvo a bien deleitarnos, la inmensa mayoría de ellos fueron de rally, touring y de resistencia, y creo que tan solo algo más de una docena escasa de su catálogo se refieren a vehículos de calle. Por tanto, si aprovecharon algún que otro molde inglés, pues bienvenidos sean todos ellos, y si no, pues bien por estos portugueses, que los editaron durante muchos años y siempre con “vestidos” adecuados, ya fuesen pegatineros o de calle. Y aunque por dentro siempre han sido escasitos y monocordes, por fuera los lusos han ejecutado verdaderas virguerías. Cuando copias algo, pero lo mejoras, entonces no estás copiando, sino creando.



Sus precios hoy en día suelen oscilar entre los 40 y los 100 euros, siempre en los habituales bazares de internet. Según qué modelos concretos, incluso más. Yo tuve la suerte de conseguir éste por 4.000 pesetas de entonces en una especie de concentración de clásicos en Valladolid, hace mucho (ni me acuerdo del año exacto) cuando este tipo de eventos ni siquiera se llamaban así. Solo sé que fue a últimos del pasado siglo. Aquellos ‘rastros’ eran una cosa más bien espontánea, donde además de citarse los orgullosos propietarios de vehículos clásicos, también acudían buhoneros y otros seres ambulantes con sus baratijas, juguetes, merchandising, y también, cómo no, maquetas.


Como digo, es una miniatura a la que tengo en gran estima, pues me parece que para los años que tiene es de una gran finura y está bien pintada. Y las cuatro calcas que tiene son muy buenas, sin fallos. Venía además con su peana y su urna transparente originales. Vamos, que para ser perfecta solo le faltó que la matrícula fuera de Palencia.


NISSAN SKYLINE GT-R PGC-10 de EBBRO (c.1997)

Éste es otro caso de encaprichamiento de mercadillo, porque en mi vida he visto en directo un Nissan anterior a los 80, cuando este fabricante ni siquiera estaba establecido  en España. Es que los japoneses, simplemente aún no habían desembarcado en este país. A poco de aterrizar, al margen de vehículos industriales y agrícolas, recuerdo que se veía algún que otro Bluebird o algún Maxima de importación, como éste que tengo de AHC-Doorkey-Pilen, que tanto monta, monta tanto:

Coches de representación, o para “señores mayores”, pero que nada tenían que ver con los utilitarios japoneses de entonces ni con las posteriores versiones que vendrían.




Menos motivos tenía aún con el fabricante de la miniatura: una marca entonces absolutamente desconocida para mí como lo era Ebbro. La cosa tiene más delito todavía porque en realidad nunca me han interesado especialmente los clásicos orientales. Quizás algún deportivo, y poco más. Pero como este Skyline berlina del 68 venía con su peana resultona, una urna muy transparente bien sujeta y anclada, y una envoltura de cartón equilibrada y clásica, sin colores chillones; con esa presentación y ese empaque que no eran habituales por aquellos años, no pude si no, caer en la tentación para poder así librarme de ella. 




No recuerdo lo que costó exactamente porque a aquel tipo le compré un lote con varias cosas, aunque no me pareció caro. Como digo, al tratarse entonces de una miniatura rara de un coche ni siquiera visto en España, aquel mercachifle no supo o no quiso cebarse con mi bolsillo.


SKODA 1203 MIKROBUS de ABREX (c. 2002)


Una de mis primerísimas compras por internet. Chat y transferencia mediante. Justo antes de que se normalizara la existencia de bazares, blogs, y especialmente la banda ancha. Cuando no había gualapops, ni guassats, ni caralibro, ni nada parecido. Hasta entonces uno tenía que apañarse con el correo electrónico y sobre todo con los chats, que entonces nos parecía la monda lironda. Bueno, de hecho tener Messenger en el PC siempre me ha parecido un sistema muy superior a otras muchas aplicaciones supuestamente más actuales y modernas y que ahora tenemos en nuestros celulares. A lo mejor es que estoy muy desfasado, que también podría ser.



El caso es que entonces poco había que elegir en los quioscos que fuera mínimamente aprovechable, ni siquiera colecciones del tipo Furgonetas de Antaño o cosas así. No entraban en los planes de las editoriales. Así que cualquier modelito era bienvenido, por exótico que fuera. Había que conformarse con estos vehículos ya vistos por casualidad en alguna que otra película ambientada en la Europa del Este. ‘Firefox’, con el tío Clint metido a piloto de combate, o aquélla de Sir Michael Caine como espía poco de fiar, en ‘Funeral en Berlín’, son buenos ejemplos.



Siempre destartaladas y con unos motores que sonaban como una cancarria (igual que las Ebro, Sava y Avia de aquí) te convencías a tí mismo que a falta de pan castellano, pues buenas eran las tortas del Este. Aún habría que esperar unos ‘pocos’ añitos para que Altaya o Salvat nos dieran el gusto a precios razonables. Así que esta Skoda se vino para la saca sin remisión.


Es una lástima que esta gente de Abrex se dedique preferentemente a hacer miniaturas de vehículos de su país o de su ámbito territorial, porque les salen francamente bien. Sin alardes pero con solvencia, y casi siempre a un precio muy competitivo. 


Sin más dilación, hasta la próxima.