miércoles, 30 de marzo de 2022

EL TECNO (NO ES MÚSICA).


Foto proveniente de Fotos Viejas, Viejas Ruedas
PEGASO 1434 TECNO - Ttes. Carlos Rodríguez, de Ríosmenudos de la Peña - Palencia - 

España 1983, tras el Mundial del naranjito, regaló al mundo entero una imagen más que decente de nación emprendedora y con ganas de entrar en la moderna Europa del Mercado Común. Es por eso que Pegaso, en consonancia con los nuevos tiempos que corren, decide renovar su gama de camiones semis y pesados, para lo cual lanzará una nueva serie de cabinas “cuadradas” que internamente denominará como T1, rompiendo con toda nomenclatura anterior. Como si la marca quisiera deja claro al usuario final que los cambios serán mucho más profundos e irán más allá de la mera estética.

Para empezar, se deja de usar la típica cruz frontal, marca de la casa durante décadas, para ajustarse a la más actual parrilla con veteado y finas lamas horizontales. Por dentro, en la cabina propiamente dicha, se aplicará a fondo en un diseño más moderno, con profusión de plásticos y embellecedores, contribuyendo con ello a disipar la imagen de vehículo duro pero excesivamente espartano que siempre tuvo Pegaso, y de paso, se pondrá al día respecto a las marcas europeas, pues el transportista español ya había comenzado a echarle el ojo a todo aquello que venía allende los Pirineos. De esta forma, tuvo que actualizarse a marchas forzadas, y obligarse a ofrecer un producto mas refinado e internacional.

Respecto al grupo impulsor se dejó a un lado la gran variedad de potencias y motorizaciones que provenían de anteriores modelos, y se centrará todo el esfuerzo en los 12 litros para el tope de gama, cuya oferta irá desde los 280 a los 310 CV (tan solo 30 caballos de diferencia entre máximo y mínimo). Con el fin de conseguir una mayor polivalencia y un mejor aprovechamiento de ese caballaje, se puso especial empeño en la caja de cambios, por lo que en colaboración con ZF, se incorporó el cambio de 16 velocidades de serie, pudiendo optarse al cambio Eaton-Fuller. Aprovechando la ocasión, se apostó por la renovación del sistema de amortiguación, se añadieron unas nuevas barras estabilizadoras, al menos dentro de la propia Pegaso, y se implementó el acoplamiento de llantas de disco, pues las de artillería estaban en franco retroceso. 

La imagen final será la de una cabina en el que abunda el negro, un poco de blanco, y una fina banda de colores rojo y naranja recorriendo los laterales de la cabina. Su denominación oficial será 1231T. Ello significará que estamos hablando de una Tractora de dos ejes, uno de ellos motriz, y un motor de 310 CV de potencia bruta. Ésto lo he sabido en este siglo, en la era de internet, pues nunca llegué a comprender del todo la nomenclatura de Pegaso. Y me da que tampoco los propios camioneros nunca lo tuvieron muy claro, pues acostumbraban a llamar a sus Pegaso por los caballos nominales.

Pegaso 1234T en la más clásica de las configuraciones iniciales. 

Tan solo dos años más tarde, en 1985, aparecería la serie T2, y que oficialmente ya se denominará Tecno. Su mejora principal consiste básicamente en un aumento del tamaño de la cabina: en unos quince centímetros de largo, y casi otros tantos en altura. Se eliminará el color negro, y se adoptará el blanco para todo aquello que fuera chapa, con unas bandas sesgadas y entrecruzadas en los laterales, en bitono azul.

Escorzo de una tractora Pegaso 1234T.

Debido a la adopción del intercooler, se añadirá un chimeneón tras la cabina, para la admisión de aire. Eso conllevará el aumento de la potencia a los 340 CV. De ahí la nueva denominación a 1234T. Recordemos que se está hablando del tope de gama. Eso no quita que existieran otras versiones menos potentes o adaptadas a otras funciones. Es por ello que Pegaso seguirá manteniendo la oferta de sus camiones sin el añadido del intercooler, para todos aquellos usuarios que considerasen que los 310 CV iniciales eran más que suficientes para su particular desempeño.

Pegaso 1234.38T con sus caballos.

Llegados a 1987, Pegaso vuelve a renovar su gama Tecno, mediante la implantación de diversas comodidades en el interior de la cabina (hoy en día obvias), tales como volante regulable, parasoles, espejos, y otra serie de pequeñas mejoras, por lo que en este caso sí puede hablarse de un lavado de imagen, y no de renovación. Por fuera se mantiene la blancura total de la cabina y en lugar de las habituales bandas, se adopta el mítico dibujo de los caballos de colores, que ya figuraba en las cabinas de la recién aparecida gama Troner. Su nueva denominación oficial será (siguiendo el ejemplo de las tractoras) 1234.38T.

Y finalmente, en 1989, aparecerían los Mider, supuestamente englobados dentro de la gama Tecno, aunque hay quien los considera una familia aparte. Debido a los años transcurridos y a la falta de potenciación de la gama, el propósito inicialmente asignado a transporte de largo recorrido, cambiaría por el de mantenimiento, obras y rutas locales de medio y pequeño alcance. Hay quien ve entre ambas gamas un “montón” de pequeñas diferencias, pero yo, al margen de los motores, solo soy capaz de ver que unos eran blancos, y éstos otros colorados.

Ni que decir tiene que se han descrito por encima los modelos más típicos, los más conocidos a lo largo de la geografía, y de los que conservamos quizás un mejor y más fresco recuerdo por aquello de que fueron las versiones más estandarizadas. Por supuesto que existieron otras versiones y otras adaptaciones, y cada cual habrá vivido y visto el suyo de cerca, por no hablar de la decoración con que cada usuario lo personalizó. Solo se trata de un pequeño resumen para comparar la miniatura por todos conocida con el camión que tenemos en mente.

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Vayamos con la miniatura, un Tecno 1434, y que en este caso, al tratarse de una cabina de tipo T2 de 1985, con configuración de cuatro ejes, deberemos permutar ese 2 por un 4, en clara alusión a las “cuatro patas” que ahora tiene, y suprimir la T de tractora.   

Si echamos la vista dos años atrás, recordaremos que ya hubo un bonito Tecno, un 1234T, de la empresa de transportes Macaya, del que hubo literalmente tortas para hacerse con uno. Como siempre en este país, las novedades en los moldes provocan que los no suscritos (o incluso los que si lo están) remuevan Roma con Santiago para conseguir uno. O mejor si son dos.

Todavía puede verse algún ejemplar “macayero” a la venta en los habituales bazares de internet, a precios absurdamente prohibitivos. Ya sabemos que la Santísima Trinidad: Troner, Tecno y Mider provoca estas cosas entre la “juventud”. Y no hablemos ya del 2331K hormigonera, que suele alcanzar las tres cifras, como los tres ejes que tiene.

El caso es que muchos pensaron que con este Tecno 1434 de “cuatro patas”, podrían resarcirse al no haber podido conseguir en su momento el 1234T, pero como se verá, no es oro todo lo que reluce. Efectivamente, esta vez no hay ninguna dificultad en conseguirlo, sus precios no son disparatados y abunda la oferta, pero en cuanto cae en tus manos compruebas con disgusto que no es lo mismo. El de Macaya estaba mejor terminado y como frigo es muy pintón, pero éste, que en fotos parece la misma y exacta cabina, en la cruda realidad no lo es. 

Miniatura en mano, y si somos objetivos, podemos comprobar que lo que hace perder a esta miniatura gran parte de su encanto es el pésimo montaje de las piezas que lo componen. No se trata de fallos de forma, sino de ejecución. Parece como si hubiera habido un exceso de precipitación, quizás por los recientes retrasos en el transporte y distribución mundial, y la necesidad de recuperar  el tiempo perdido. Pero la suma de tantos pequeños despropósitos te deja mal cuerpo, porque con un poquito más de esmero, podría haber sido una miniatura portentosa. 

  1. En su frontal vemos que, de todos los faros, no hay ni uno solo recto. Cada uno de ellos apunta a una provincia distinta.
  2. La cabina y/o los guardabarros delanteros están desparejos entre sí, tanto en la izquierda como en la derecha. La cabina parece que ajusta mal al descansar sobre el chasis.
  3. Llegó con grasa y pegotes de alguna sustancia indeterminada, a la que se habían adherido minúsculos fragmentos de papel, cartón, fibras, etc. Ha sido difícil de limpiar sin desmontarlo, sobre todo las ventanas. Nunca una miniatura había llegado tan sucia. 
  4. La plataforma tiene una “ese” hacia la mitad, y no se trata de un efecto óptico.
  5. La pluma entre la cabina y la caja está muy mal acoplada, se nota demasiado que son dos piezas mal encajadas. Y parece más moderna de lo que debiera.
  6. Hay una gran cantidad de rebabas. En las piezas de coleccionable es normal que haya alguna que otra de vez en cuando, pero aquí hay demasiadas, como si de una concentración se tratara.
  7. Los brillantes y coloridos visillos que han colocado en las ventanillas laterales traseras son un pegote y cantan demasiado. Y deberían ir por dentro, no por fuera. Casi hubiera sido mejor no poner nada.
  8. Y el peor de todos los fallos, la carga original de vigas de plástico con la que vino era un injerto infame, indigno de esta colección, y por eso he preferido rascarme el bolsillo y sustituirlas por unas de resina, imitando material oxidado. 

Puede que alguno piense que tuve mala suerte con esta miniatura, pero debo decir que este año los quioscos notaron el bajón de ventas, y he podido conseguir sin dificultad otros tres Tecnos más como éste. Pues uno más o uno menos, los trillizos tienen casi los mismos defectos. Van a "sufrir" alguna que otra transformación, seguro, sobre todo la carga. 

Pero bueno, ¿qué le vamos a hacer?...   ...aún así me encantan estos camiones de cuatro patas. Son tipical spanish, y fueron muy apreciados por los camioneros, independientemente de cual fuera el fabricante y su motorización. Formaron parte muy habitual del paisaje, y se utilizaron para casi todo. Tenían además la ventaja de que su capacidad de carga se acercaba mucho a la de los “trailers”, pero sus dueños solo pagaban el peaje de mantener un solo vehículo, ahorrando los costes y el papeleo que suponía tener dos vehículos: tractora y arrastre. Cierto es que los cuatro patas eran menos maniobrables y limitaban el tipo de actividad profesional, pero solamente una normativa europea los “tumbó” y evitó que proliferaran aún más, al cambiar la cantidad permitida de toneladas por eje.

A pesar de sus fallos, me gustaría tener esta miniatura siempre expuesta, por la época dorada y los buenos tiempos ochenteros que representa. Hará compañía al Troner 4 ejes, al Casintra, al Barreiros Puleva, al de Piensos Biona y también a este último Renault DR que acaba de llegar. Y los que vendrán, pues hay algún cuatro patas más anunciado en la colección de Camiones y Autobuses Españoles. Todos ellos juntos harán una buena flota.