ROVER SD1 3500 VITESSE – Serie 2 – (1983)
De los rescoldos de la quema de la industria británica del
automóvil, ayer dominadora, hoy envuelta en sus andrajos, todavía surgió a
finales de los setenta este magnífico exponente de lo que se ha dado en llamar
elegancia inglesa. Y es verdad, porque salvo alguna puntual astracanada, a lo
largo de las décadas los vehículos de esas islas siempre han gozado de una
merecida reputación en ese sentido. Con diseños muy contenidos, pero siempre
con el toque ‘british’. Éste Rover es uno de sus adalides.
Llamado aquí Rover 3500 o simplemente Rover Vitesse, esta
versión de la segunda fase del modelo, comprendida entre 1982 y 1986, en
particular equipaba un motor de 8 cilindros en V de 3.500 cm3 que
daba 190 CV. Ello dio pie, con la debida preparación, a que fuera utilizado en
alguna que otra competición europea de touring, aunque dado su escaso nivel de
ventas fuera de las Britannias, apenas se le vió vestido con pegatinas.
En el ámbito civil, está claro que se trató de un vehículo
de representación, pensado para “gente de abrigo” más que para la clase media. A
simple vista, puede verse que el objetivo fue sobradamente cumplido. Pero en el
interior, se buscó una ruptura total con el pasado, por lo que en lugar de los
típicos embellecedores de maderas, cromados, etc que se estilaban en las gamas
altas inglesas, se optó por un revestimiento interno basado en plásticos de
calidad, siguiendo las tendencias europeas del momento, con recubrimientos en
puertas y salpicadero, casi todo moldeado en ese material.
Se dejó a un lado la palabra “opcional” y a este SD1 de
segunda fase se le dotó de espejos, ventanas y seguros eléctricos, computadora
de a bordo, limpiafaros, detalles en cuero por doquier, y otras comodidades que
hoy en día nos pueden parecer obvias y superficiales, pero que en aquellos años
constituía casi siempre un extra, y que en la mayoría de modelos de la
competencia era necesario pagar casi siempre aparte.
Es cierto que en España no se vieron muchos que digamos,
pero desde luego fue un gran coche que siempre se dejó notar a su paso por
estas calles.
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Esperando años a que algún fabricante de miniaturas se
dignase a producir el Rover SD1, en su momento tuve que desistir de ello. NEO
lo fabricó en versiones pegatineras pero con unos precios ciertamente
prohibitivos. Y Vanguards tuvo en su catálogo varios ejemplares que las
“fuerzas vivas” inglesas usaron en su momento; y también varias versiones
civiles, pero todas ellas también tenían precios demasiado altos en esos bazares
de internet. Hasta que el año pasado, y cuando ya me había olvidado de Rover, se
presentó la ocasión con este Vitesse, con motivo de la celebración de su 30º
Aniversario, que no sé si se refiere a los 30 años del modelo real, o a los de Vanguards.
Y si clásico es el SD1, no menos clásica es la propia
miniatura, pues ya tiene unos añitos. Como casi siempre con este fabricante, el molde es de lo
mejor valorado, mientras que el interior, aunque bien dispuesto, da poquita
alegría. A cambio, los espejos y limpias son bien finos y dan sensación de realidad. La cruz: esos
faros intermitentes delanteros, que han sido pintados sacrílegamente de un
naranja butano. Es la única ‘contra’ de bulto que le veo. Con este modelo no descubro
la pólvora, pero a pesar del tiempo transcurrido, la sensación general es muy
buena y no lo encuentro desfasado para nada. Si se trataba de tener un Rover,
desde luego éste cumple.