Veamos la penúltima entrega de esta colección, la de Camiones
y Autobuses Españoles, y que esta vez viene con regalito, el cual como veremos,
no es excesivamente original, pero siempre se agradece que la editorial tenga
algún detalle de vez en cuando con el sufrido suscriptor.
La entrega número 97 consiste en un Fiat 634 N2, es decir la
segunda y la tercera versión. La N1 fue conocida por muchos como el Abisinio, militar
con cabina cuadrada, y la N2 fue la versión civil, con cabina más estilizada.
Cuando Italia tenía colonias, en 1933 comenzó la fabricación de ambas versiones
de este bello camión, con la idea de que sirviera en el Ejército de ocupación
de Etiopía, de ahí su nombre tomado de una región, hoy nación, escindida de
aquélla. Se descontinuó en 1939, justo en el momento en que finalizó nuestra
Guerra Civil, en la que el ejército golpista recibiría ayuda en forma de tropas
y material bélico, entre el cual se contaban bastantes unidades de este camión,
muchas de ellas con la guerra africana en su currículo. Finalizada la
contienda, y teniéndose los italianos que volver a su país para ocuparse de sus
cosillas de la Segunda Guerra Mundial, quedaron unos cuantos Fiat de éstos, que
revendidos o subastados por el ejército a los particulares o empresas que
estuvieran interesados, todavía continuarían su ruta unos cuantos quilómetros
más. Dejaron camiones de ambas versiones, aunque no sería extraño que Italia y
España siguieran intercambiando diverso material en nuestra postguerra.
La versión inicial, la N, montaba un motor 355 de la casa de
8.312 cm³, que daba 75 CV, mientras que las dos siguientes N1 y N2 portaban el
355C, de 8.355 cm³, con 80 CV. El 634G, con gasógeno, sumaba 9.972 cm³,
para llegar a esos 80 CV. Todos estos
camiones diésel acostumbraban a moverse entre las 12 ó 14 toneladas de peso
bruto, lo que para la época no estaba nada mal. Hubo carrozados especiales,
pues quien podía permitirse un vehículo, podía permitirse también
personalizarlo. De hecho, en aquella época lo normal era venderlo pelado:
chasis con motor, ruedas y poco más. El más espectacular quizás sea el de Viberti, sí los de los autobuses, con claras influencias americanas.
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La historia de la serie 3 de Scania es parte de la exitosa historia
de su motor V8. Desde enero de 1988 y hasta diciembre de 1996, contó con impulsores
de 9, 11 y 14 litros, que oscilaban entre los 230 y 500 CV, y que dieron lugar
a las versiones R93, R113 y R143 y T93, T113 y T143. Las letras R y T delante
diferencian a los cabinas avanzadas de los morrudos, y las letras detrás H, M y
E se referían a la resistencia y a la configuración del chasis (rígido,
tractora y transporte especial).
Si nos centramos en la miniatura, este Scania 143H de 450 CV,
es un poco más de lo mismo. Está bien, pero se sale de la temática, proviene de
otras colecciones, y además su cabina es la misma que el Scania de Transportes
Mazo, y que ya fue objeto de regalo a comienzos de este mismo año. Aunque
también hay que decir que la caja es muy aparente y está bien terminada, con profusión
de detalles. En realidad es una miniatura que no está nada mal, es muy
resultona, pero no proporciona ningún valor añadido a esta colección, que se
supone que debía tener otros derroteros.
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Podemos ahorrarnos la reseña del Pegaso 1065 L o Europa,
y pasar directamente a la miniatura. Este regalo premium, no es nada especial,
nada de otra dimensión, pero viene con ese remolque añadido, que sí constituye toda
una novedad editorial en España. Hasta ahora sí habíamos tenido el Europa con
cisterna de Solazo, el mudancero de Signes, el piensos Uvesa, o el Juanito, pero
sin ese añadido extra.


















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