Sí. Más tractores. Y para complementar la entrada del mes anterior sobre estas máquinas, aquí van unos cuantos ejemplos de esas mismas marcas.
Algunos de ellos fueron precursores en sus respectivos países (Zetor y Ursus).
Otros, clásicos a lo largo de décadas en Suecia, como los Bolinder-Munktell. O bien se
convirtieron en el estandarte del poderío y el diseño del agro italiano, como los Fiat.
ZETOR SUPER 550, URSUS C-325 y FIAT 750 de Universal
Hobbies
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Zetor Super 550 |
Fruto de las sucesivas mejoras en el impulsor diésel del
modelo Zetor 25, surgiría en 1960 el Zetor Super 50, el cual sería denominado fuera
de sus fronteras como Super 550. Con sus 4.200 cm3, a dividir entre
cuatro cilindros y refrigerado por agua, podía desarrollar 50 HP. Fácil ¿verdad? Pues tuvo un
excelente nivel de ventas, prolongando su fabricación hasta 1968, y llegando a
alcanzar las 150.000 unidades si sumamos las exportaciones, que no fueron
pocas. Con su habitual robustez y simpleza en la construcción, así como un mantenimiento sin complicaciones, fue digno sucesor del Zetor 25,
convirtiéndose en un tractor muy habitual en el campo, incluso fuera de las
fronteras checoslovacas. Por aquí también llegó alguna que otra unidad. Zetor siempre ha sido una marca con bastante presencia en España.
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Ursus C-325 |
Primer tractor polaco tras la guerra, el Ursus C-325 fue
concebido, al igual que su homólogo checo, como un ingenio de lo más sencillo,
barato y fácil de mantener, sin prestaciones especiales que resaltar. Cubicaje
de 1.810 cm3, dos cilindros de inyección directa y refrigerado por
agua, el motor erogaba cerca de 25 HP. De hecho, este tractor fue fruto de la
colaboración con los checos, solo que éstos sacaron a la luz su tractor diez
años antes. En ese plazo de tiempo los polacos habían estirado todo lo que
pudieron la licencia de Lanz, fruto de la compensación alemana por el conflicto
bélico, pero transcurrida una década, esa tecnología monocilíndrica quedó
totalmente obsoleta, y en los acuerdos comerciales con Checoslovaquia hubo que
incluir licencias de construcción para maquinaria agrícola, ya que Polonia había
descuidado un tanto este sector. Pero pronto se pusieron al día: desde 1959 a 1963 se
fabricaron más de 26.000 unidades solo de este tractor. También se vió por nuestros campos.
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Fiat/Someca/OM 750 |
Perteneciente a la saga Nastro d’Oro, y motorizado por O.M.,
este pequeño gigante fue uno de los tractores más vendidos de Fiat (en Francia
bajo el sello de SOMECA y en Italia como OM). Con sus 75 HP de potencia, su motor diésel de origen
Saurer, refrigerado por agua, de cuatro cilindros y un cubicaje de 4.560 cm3,
tuvo varias versiones como la DT (doble tracción por ejes) o la Speziale, en
las que podía optarse a ciertas ‘comodidades’, tales como dirección asistida y
la cabina cerrada y aislada. Solo estuvo en producción desde 1969 hasta 1971,
porque pronto sobrevino la exitosa serie 80 bajo el diseño de
Pininfarina. Un clásico también en España, donde Fiat tenía un buen nombre, aunque dicha sea la verdad, más con
sus tractores y su maquinaría agrícola que con sus coches.
BOLINDER-MUNKTELL 230 ‘Viktor’ y VOLVO-BOLINDER MUNKTELL
350 ‘Boxer’ de Universal Hobbies
Vamos con el primer Bolinder, apodado Viktor, el modelo BM
230, que fue producido del año 1955 al 1961. En cuanto a la mecánica no tenía nada que lo
diferenciara especialmente de su predecesor, el BM 10, fabricado a finales de
los años 40: los mismos dos cilindros de cuatro tiempos con un cubicaje de 2.240
cm3, y tan solo un pequeño aumento de potencia a 29 HP. De hecho, ambos utilizaban el mismo chasis y no tenían una toma de fuerza independiente. Los elevadores o 'brazos' traseros seguían sin tener control de tracción. Aunque
Volvo se hizo con Bolinder-Munktell en 1950, no fue hasta 1958 que este modelo adoptaría una motorización más alta para alcanzar los 33 HP y así sumarse a la creciente escalada de potencia que estaba produciéndose en el campo europeo. Dos años más tarde
se abandonaría la librea verde para adoptar el típico color rojo de Volvo para
su división agrícola, y se cambiaría su nombre oficial por el de T-230. Se
vendieron casi 11.000 unidades de esta primera versión, y otras 5.000 de la
segunda, ya como Volvo.
Del segundo modelo de Bolinder-Munktell, el BM 350, se sabe que comenzó su
producción en 1959, y como puede deducirse de la propia nomenclatura, portaba un
motor de la casa de casi 3.8 litros y tres cilindros, que casi arrojaban 52
HP. En 1963 se actualizaría hasta los 56 HP, y lo más importante, adoptaría el sistema de control de profundidad de sus 'brazos' o elevadores, del que ya se ha hablado anteriormente. El éxito de este modelo hizo que apareciesen versiones ‘triciclo’ y viñateras, es decir, dedicados a la silvicultura, con sus ejes debidamente estrechados. Finalizaría su producción en 1967 con cerca de 28.000 unidades. Lo más importante para Volvo es que se convirtió en un producto lo suficientemente interesante
como para que fuera motivo de exportación al resto de Europa. En España los
hubo, y algún superviviente todavía pulula por ahí.
FIATAGRI 110-90 DT de ROS
Sucesivamente mejorado desde el año 1986 hasta el 2003, este amplio periodo de fabricación da una idea del éxito y la calidad de esta magnífica máquina de Fiat, perteneciente a su serie 90. Montaba un motor diésel Iveco de 5.860 cm3 y 6 cilindros, refrigerado por agua, y llegaba a dar una potencia nominal de 110 CV, como indica el título de esta entrada. Un tractor que en su momento se vendió muy bien, pero que además aún sigue siendo objeto de reventa en el actual mercado de segunda mano. Su poca pero eficaz electrónica, pero sobre todo su simplicidad en el manejo y en el mantenimiento, unidas a su robustez y comodidad, hacen de él un modelo muy buscado por todos aquellos pequeños agricultores que no son grandes latifundistas, y que por tanto no precisan de centenares de caballos, de electrónica inteligente (o lo que diablos signifique éso) o de docenas de sensores empeñados en sabotear el normal desempeño de las tareas agrícolas.
A pesar del batiburrillo informe en el que con los años se convirtió el grupo Fiat-Ford-New Holland cuando unieron sus respectivas divisiones agrícolas, éste que ahora se muestra, rápidamente se convirtió en un tractor tan clásico como la liebre que suele aparecer en su cabina o en su morro, para indicar su ligereza y buen ritmo en la marcha larga especial con el que se le dotó, cuando no quedaba más remedio que salir al asfalto (cerca de los 40 km/h). Así como el simpático dibujo de una tortuga que puede encontrarse en su cuadro de mandos, cuando se trata de faenar con las marchas cortas.
No digáis que nunca habéis visto un bicho de éstos. Si no es así, es que no sois muy observadores. Aquí van unas imágenes a escala de este clásico del campo ibérico, para refrescaros la memoria :