sábado, 23 de abril de 2022

TRACTORES CLASICOS I

Tractorada a comienzos de los 80, a la entrada de A Coruña.

Y cuando se habla de tractores clásicos, me refiero a los clásicos del mundo mundial, no solo a los fabricados aquí. Prometo no aburrir con un exceso de datos técnicos, hoy en día fácilmente accesibles. Habrá muy poquitas cifras, solo para dejar constancia de la escalada de potencia a lo largo de los años, o de la polivalencia de funciones que fueron adquiriendo con el tiempo.

Para empezar, se intentará que figuren todos aquellos tractores más o menos conocidos que circularon por España. Esto es tarea relativamente sencilla, puesto que la mecanización agrícola en España no se completó hasta por lo menos medio siglo después que nuestros homólogos europeos. Algunos de esos modelos ya han sido nombrados en anteriores entradas, a raíz de la creación de factorías propias (Ebro, Ford-Fordson, Lanz-John Deere, Barreiros-Hanomag…), pero también se puso especial empeño en mantener el máximo cupo de importación posible para satisfacer la demanda existente. Gracias a eso hoy día podemos exhibir tractores clásicos españoles, pero también polacos, rusos, checos, alemanes…

Tampoco se trata de formular un listado exhaustivo, pues sumando países y las marcas de entonces las referencias pueden alcanzar miles y miles de variantes. Lamentablemente, no existe en el diecast un catálogo tan extenso como para éso. Y de tractores clásicos, menos aún. Y a 1:43...   ...pues ¿qué decir?

Esta entradilla consistirá en una breve introducción de marcas que son más o menos conocidas, y que más o menos se han dejado ver en casa del vecino, el pueblo de al lado, o simplemente yendo de viaje o de turisteo.  Más adelante, prometo aburrir al paciente lector con ingenios de estrambóticos nombres y formas. Al fin y al cabo, todos ellos tenían el mismo fin: hacer más fácil el desempeño en el agro. 

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DEUTZ D40 U/N (1958)


Folleto publicitario gallego de aprox. 1960 de la versión S.
Del blog savonarolamiscelanea.

Empecemos con una marca archiconocida como es Deutz, y que tan buenos resultados dio al agricultor español, al menos para aquellos que se lo pudieron permitir, claro, porque había que importarlos. Y para eso, además de muchos duros (unas 250.000 pesetas de 1961, cuando una vivienda de tipo medio en un barrio medio de Madrid costaba menos de 200.000 ptas.) era necesario solicitar los permisos correspondientes, ser íntimo del gerente del concesionario, acreditar que poseías un mínimo de hectáreas cultivables, que el tipo de cultivo era de interés nacional, que eras agricultor con una familia a tu cargo, conseguir sangre de unicornio, la bendición orbi et orbe por escrito del Papa de Roma, etc...


Solamente del D40 había 5 versiones y 17 acabados. Ésta es la primera versión.
Si bien no está claro cuál sería la nomenclatura de su terminación.


Con un bulón para el remolque, y un elevador de dos brazos unidos con un pasador.
Ello permitía enganchar casi cualquier arado, aunque fuese con cadenas.

Una vez superadas esas y otras nimiedades, y cuando por fin te lo entregaban a domicilio (suponiendo que no quisiste ahorrarte el gasóleo y la molestia de acercarte otra vez al concesionario capitalino y conducirlo unas cuantas millas hasta tu almacén) solo entonces ya podías disponer de una auténtica deutsche maschine tricilíndrica de 2.550 cm³. Gracias a su increíble potencia de 35 HP (unos 35,5 CV), podía alcanzar la barbaridad de 25 km/h. O algo así. Con refrigeración por aire soplado por turbina, al no necesitar radiador o similar, su calandra apenas aparece recubierta por una leve y tenue rejilla, como si del velo de la novia se tratara.

Asiento con amortiguación independiente y
plataforma con espacio propio para el conductor.
   

No eran unas grandes prestaciones que digamos. De hecho eran muy similares a los tractores que en ese momento fabricaban Barreiros y Ebro, pero lo que diferenciaba a Deutz de aquéllas, era sobre todo el refinamiento de un producto mucho mejor terminado, y orientado en definitiva a tractoristas con previa experiencia. No olvidemos que en los años 50 (y buena parte de los 60) los agricultores de este país jamás se habían puesto al volante de ningún tipo de vehículo, ya fuera tractor, coche o camión.  Solo habían azuzado mulas, burros, bueyes o vacas, por lo que la inmensa de mayoría de ellos pasaron de un día para otro de ser arrieros a tractoristas.

Notable detallado del bloque motor por parte de UH.
La miniatura tiene 8 cm. exactos de longitud.

Si un novel hubiera conducido directamente un Deutz como primer tractor, no habría podido apreciar las diferencias con un Ebro o un Barreiros contemporáneo. Una mejor eficiencia a la hora de arar con más profundidad de surco, más comodidad con sus suspensiones independientes en cada rueda (e incluso en el asiento) y especialmente la sencillez de desplazarse con reductora, pues así no era necesario aminorar la velocidad hasta casi detener el tractor, para poder subir de marcha.

Y el bulón delantero que no falte, por si hay que maniobrar en sitios estrechos.

De la vecina Francia llegó esta miniatura de Universal Hobbies, cuya calidad, no excepcional, pero sí notoria, nos servirá para hacerse una idea del vehículo que tenemos entre manos. En este caso, dicha calidad está a la altura del tractor real. No es que sea un Schuco, pero tampoco está nada mal. Parece representar la versión (N) normal del modelo D40, pero debido a esas ruedas más grandes de lo habitual, me inclino a pensar que se trata del acabado (U) universal, con la vía delantera ensanchada y ampliada. 

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INTERNATIONAL HARVESTER – McCORMICK F-270 (1958-1965)


McCormick B-250 inglés de los que IH ensamblaba y vendía en territorio español.
Con la bendición del páter y del régimen. Perales de Tajuña (Madrid) - c.1958.


El entonces gigante de la automoción International Harvester Co., a través de su filial McCormick, fabricó esta gama de tractores en Gran Bretaña (nombrados allí como serie B, de Britain), también en Francia (serie F de France) y por supuesto en Alemania (serie D, de Deutschland). En el caso español, además de introducir estos tractores por la vía de la exportación, la dictadura franquista permitió que fuera la sevillana S.A.C.A. (Sociedad Anónima de Construcciones Agrícolas) quien los fabricara bajo licencia, como serie S, de Spain o de Seville, a saber.


Un SACA S-432 versión 545 o de chasis elevado.
Tabanera de Cerrato (Palencia) - c.1962

Que yo sepa, de esta marca existieron los modelos S-430, S-432 y S-455.  El S-430, tuvo una presencia casi anecdótica, apenas se ensamblaron unas pocas unidades, por lo que en 1960 y 1961 rápidamente se pasó a fabricar los otros dos modelos, más modernos y aptos para las necesidades de entonces. Sus potencias eran de 30, 35 y 55 CV respectivamente, pero el alto precio del S-432 y del S-455 (174.000 y 279.000 pesetas de 1965), sumado al hecho de que la propia International Harvester ya vendía en España sus tractores algo incluso más baratos, provocó que S.A.C.A. hasta 1966 apenas hubiera colocado unos 4.000 tractores, precipitando de esta forma su desaparición.

En España, el caño de escape siempre mirando al cielo. 

Enganche tripunto de elevadores y tercer brazo, aún totalmente vigente. 

No existe miniatura de un S.A.C.A. propiamente dicha, éso solo está al alcance de los muy manitas, así que hay que tirar de la magnífica colección del vecino país francés, Tracteurs Et Monde Agricole, para mostrar, al menos, uno que se le parezca. No será la primera y última vez, pues la mayoría de tractores que poseo son de esa colección. Pero como casi todas las reproducciones de Universal Hobbies, es garantía de que será agradable a la vista.

Recordemos que para girar la dirección en estos tractores antes había que alimentarse bien.

Llegada la década de los 60, las tomas de fuerza ya se situaban atrás, y no a un lado.

En este caso se trataría del International McCormick F-270, que equivaldría en potencia al muy amarillo SACA S-432. En Gran Bretaña sería el B-275 y en Alemania el D-439. Si bien el frontal es común a la miniatura y al ejemplo en blanco y negro anterior, puede verse que al final de la trompa, y llegando al puesto de conducción, según el modelo, la carrocería podía ser recta o bien tener forma de puente. Dependía del año de fabricación y de la disponibilidad de material, pues S.A.C.A. apenas alcanzaba a fabricar por sí misma el 50 % del tractor, teniendo que ensamblar el resto con piezas compradas a IH, uno de los motivos de su encarecimiento respecto a los tractores de ésta, algo más baratos, y que a la postre, sería la puntilla final para la disolución de la empresa sevillana.

No me canso de insistir en el detallado de UH en estas miniaturas de quiosco.

Cuando haya tiempo y ganas, unas pinceladas en luces y cuadro de mandos.


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FIAT 880 DT (1975-1984)

La bella haciendo el bestia. 

Como no todo van a ser tractores del norte y del centro europeos, ahora toca este magnífico ejemplar, producto de lo mejor de la automoción italiana. Una máquina cumplidora y robusta, y además embellecida por el diseño de Pininfarina. Este estudio consiguió trasladar con éxito las líneas rectas y angulosas que comenzaban a despuntar en aquellos años a un sector tan poco dado a innovaciones visuales como es el de la agricultura, que llevaba décadas abonado a las redondeces. Si bien es cierto que marcas generalistas como Fendt y Deutz, ya tenían a finales de los 60 tractores con frontales y trompas más bien cuadrados, fue Fiat Trattori quién apostó el resto y se arriesgó a condicionar el entero diseño de estos vehículos a la forma de la cabina, considerándola un elemento integrador más del tractor, y no como un anexo opcional y extraño al resto de la máquina, como en el caso de los alemanes.

A destra.

A sinistra.

Con su perfecta integración de la jaula antivuelco en la estructura de la cabina, del aire acondicionado en el techo, y cimentados sus soportes y uniones en bases de goma, además de belleza, se logró un aislamiento acústico y climático notable para la época, por lo que pronto se convirtió en un superventas, también fuera de Italia. Incluso en España se vendió muy bien, y aún es posible ver algún que otro ejemplar en activo. La chocante inclinación y paralelismo de las líneas entre diferentes partes, tanto si lo mirabas de perfil como de frente, y la buena prensa que siempre tuvo FIAT en el agro (mucho mejor que la de sus coches de calle) hizo que muchos se decantaran por la serie 80.

...e da dietro.

Pero además de su atrevido diseño, en el caso que nos ocupa estamos hablando de un DT, es decir, un doble tracción (que no es lo mismo que tracción integral o a las cuatro ruedas), algo que no era novedoso, pero sí raro de ver en el mundo del agro en aquel entonces, y que venía muy bien cuando las condiciones del terreno se volvían difíciles, sobre todo en barro. Movido por un motor O.M. (volveremos una y otra vez sobre esta marca absorbida por FIAT) con sus casi 90 CV (88 HP) las prestaciones, comodidad de uso y fiabilidad eran más que suficientes para poder desempeñar las funciones que se esperaban de él.

Interior sencillo pero sin que le falte de nada.
Que aprenda Ixo como se instalan las lunas.

Ni siquiera se trataba de un tractor medio de los más potentes de la época, pero con sus doce marchas hacia adelante, tres hacia atrás, y una suave dirección asistida, junto a su comodísimo habitáculo, hicieron que el resto de fabricantes, sorprendidos a pie cambiado, tuvieran que esforzarse durante casi un lustro para poder fabricar algo parecido a este futurista pero polivalente Fiat.

Frontal simple tal y como era. Quizás un contrapeso no estaría de más.

De la miniatura no se puede decir otra cosa sino que es magnífica y que costó cinco euros hacerme con ella. Se ha hablado de su notable diseño externo, pero lo que más me llamó la atención de este modelo fue la transparencia con que deja ver su interior, real en sus formas, y al que solo le faltarían un par o tres de calcas para los “relojes”. La trasera también está muy lograda, y en la realidad es así de monocroma, aunque viene bien detallada. 

Existe otra conocida miniatura de este modelo, realizada por Replicagri a 1/32, y que también es muy completa, salvo sus ruedas y llantas, que son muy plasticosas, y que lo afean un tanto. Pero es una muy buena opción si no existen condicionantes a causa de la escala. 


Es de esos diseños que, aún en parado, transmite sensación de movimiento.

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